lunes, junio 01, 2009

Un pueblo, una ilusión................haciendo historia.


CB Grupo Promobys Tíjola se queda a una canasta del ascenso a LEB Plata.

Falló seis lanzamientos desde la línea de personal en el último minuto.

ESPECTACULARES.

Promobys Tíjola y Ávila demostraron ser los dos mejores equipos de la Final Four, los más ofensivos y los más espectaculares. E S el basket; es la vida. Una canasta ha separado a CB Grupo Promobys Tíjola, en la mejor temporada de su historia, del ascenso a la LEB Plata. El conjunto tijoleño, acompañado por 500 incondicionales y ruidosos seguidores, se quedó a las puertas del cielo y de la manera más trágica, más dramática.

El cuadro almeriense, que llegó a dominar la final por diez puntos, acabó perdiéndola en el último minuto, en el que falló los seis tiros libres que lanzó a canasta y, para más dolor, para más incomprensión, lo hizo en las manos de su tirador más acreditado, de su artillero más letal, del hombre que cualquier aficionado del equipo hubiera designado para lanzar tiros libres decisivos, Desean Hadley, que acabado el partido, era absolutamente incapaz de levantarse del suelo, de levantar el ánimo.

Así, derrotado en lo deportivo, pero con el alma colmada de orgullo porque ha llegado a un pueblo del almeriense Valle del Almanzora, a sonar con poderío y autoridad en el concierto del baloncesto español, regresaba a casa, hundida, la expedición de CB Grupo Promobys Tíjola y también la de sus aficionados, que durante el juego dieron una lección y una explicación clara de por qué son, precisamente junto con la de Ávila, la mejor afición de la Liga LEB Bronce. Por cierto, en la segunda semifinal, apenas 400 espectadores en la grada, por los 1.500 del encuentro entre tijoleños y abulenses, que 'se unieron para' colorear de azul y verde el 'Fernando Martín'.

Ahora, tras el 'mazazo' final en un partido que parecía 'en el saco', el club y la afición necesitarán unos días para comprender que, más allá del resultado, lo que han hecho este año ha sido grande, muy grande.

Tensión y destellos

El inicio del choque no fue sencillo. Los almerienses perdieron dos balones seguidos tras saque de fondo y su rival se puso con 5-0 de salida, con un Juan Elizagaray enchufadísimo y que parecía jugar solo. La circunstancia era como una losa que se echaba encima de los nervios propios de una final.

Sin embargo, el cuadro de Antonio Herrera reaccionó bien, cómo no, recuperando el sitio en defensa y, sobre todo, con Turner en ataque. El neoyorquino hizo seis de los ocho primeros puntos de su equipo y metió a los suyos en el juego, con 8-10.
Sin embargo, no tardarían en incorporarse sus 'amigos' a la 'fiesta'. Hadley, su compatriota, anotaría desde ocho metros para poner la primera ventaja de su equipo en el luminoso, cuando la bocina de posesión se le había echado encima, mientras que Roberto Rueda salió del banquillo con el triple puesto, anotando dos seguidos para consolidar la ventaja tijoleña (17-19), ante la amenaza de un Elizagaray que seguía a lo suyo desde 6,25.

El partido iba a unas revoluciones que hacían presagiar que podía salirse por el techo del pabellón. Los ataques se imponían a las defensas y los dos equipos estaban en buenos porcentajes desde la línea de triple.

Sólo al final de ese primer período, bajó algo el ritmo y, con cuatro tiros libres seguidos por parte de Dreke Bouldin, los abulenses se fueron al mini-descanso con 26-22.

El arranque del segundo período fue diferente. Los dos equipos apretaron los machos en defensa y el juego bajó de velocidad. En el marcador, los abulenses repetían ventajas cortas, de uno a tres puntos, hasta que, pasado el ecuador, Turner volvió a tomar la iniciativa para poner por delante a su equipo, que pronto alcanzaría su máxima renta (33-37), a falta de tres minutos y medio.

Hasta seis puntos tuvieron los tijoleños, que pudieron haber optado a romper el partido, lo cual evitó Elizagaray, quién si no, con otro 'mazazo', el tercero para él, desde 6,25.

Los abulenses intentaron recuperar terreno alternando defensas zonales con individuales, pero no evitaron que CB Grupo Promobys Tíjola se fuera el descanso con cuatro arriba (37-41), después de que los porcentajes hubieran bajado en ambos conjuntos (37-41).

Pudo 'matar'

El arranque del tercer período fue espectacular para el equipo de Antonio Herrera, que con Patrick Hillimamn convertido en amo y señor de los tableros, anotando seis puntos casi seguidos, alcanzó una renta de diez, por vez primera en el partido.
El tiempo muerto abulense puso fin a las intenciones de Promobys Tíjola de dar por zanjado el choque por la vía rápida. Ahora los de Antonio Cano defendían en zona y robaban balones, lo cual le ocasionó un dolor de cabeza a Antonio Herrera, que encontró en Mark McAndrew a su 'desatascador', con dos triples seguidos. Los diez puntos se habían quedado en cuatro y parecía que Matchmind Ávila estaba en disposición incluso de culminar su remontada, pero la aparición de McAndrew estabilizó las cosas y el cuadro almeriense llegó al último mini-descanso con cuatro arriba (64-68).

La tensión se cortaba en el ambiente al arrancar el cuarto período. Podía pasar cualquier cosa y los dos equipos medían sus fuerzas y sus acciones mientras la batalla deportiva seguía entre las aficiones en las gradas.

En los locales, apareció Paul Williams, para anotar seis puntos seguidos, en su mejor momento del partido. Las cosas se habían puesto en cuatro puntos (64-68), cuando faltaban cinco minutos para el juicio final. Pero entonces Joseba Iglesias anotó de 6,25 para poner a su equipo a siete.

No obstante, sobre la pista lo que había era ya una guerra sin cuartel y los abulenses, con triple de Castelló, dibujaron en el luminoso un amenazante 78-80, para el correspondiente y obligado tiempo muerto de Antonio Herrera. Su equipo había perdido dos balones y había lanzado un tiro sin 'dar' aro. La tensión era evidente.

Final dramático y eterno

El partido era interminable y lleno de alternativas. Williams tuvo un tiro libre para empatar, pero falló y, a la contra, anotó Clarance. En la siguiente, Promobys Tíjola agotó la posesión y, sobre la bocina y con dos brazos como molinos de viento encima de su cara, anotó el triple del 79-85. Las vueltas que aún habría de dar el encuentro.

Y de hecho las dio. Dos fallos seguidos almerienses, un 'dos más uno' de Williams y un triple de Elizagaray (el mejor tirador del partido) absolutamente solo desde la esquina, pusieron un 84-85 que Hadley no remedió con dos tiros libres fallados. Restaban 18 segundos y el escolta americano volvió a fallar los dos, aunque el omnipresente Hillimamn forzó el saque de fondo, en su lucha por el rebote. Restaban siete segundos y uno arriba. Y de nuevo Hadley al tiro libre y, una vez más, dos fallos, hasta completar seis. Anotó Fede Castelló para Ávila y Promobys Tíjola se precipitó en el ataque. La gloria se esfumaba de las manos.

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